Lo primero que me llamó la atención fueron las bicicletas. O andaban en dos ruedas o caminaban.
Empecé a preguntarme si habíamos tomado el camino correcto. Buscábamos un centro espacial súper secreto.
Durante el viaje de cuatro horas en carro desde Jiuquan hasta el oeste de China, habíamos pasado por bellos campos y estanques de peces, a través de un oasis verde y finalmente por el árido desierto de Gobi.
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