Desde la década de 1960, las mujeres pasan cada vez más tiempo en ambientes laborales formales, lo cual implica menos tiempo para los quehaceres domésticos.
Gracias a la tecnología, quedarse en casa y hacer las tareas domésticas es más fácil que en el siglo pasado Esto, sumado a la naturaleza sedentaria de muchos empleos modernos, al tiempo libre que la tecnología nos brinda y a la predominancia de los televisores, las computadoras y las tabletas, afecta negativamente a la salud de las mujeres y de sus hijos, según un reporte publicado recientemente.
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