Los accidentes cerebro-vasculares dejan secuelas de por vida en el paciente, ya que el daño causado en la zona donde se interrumpió súbitamente el flujo sanguíneo le afecta en diferentes grados, causándole disfunciones que le incapacitan.
El tratamiento de estos percances es el objetivo de las dos nuevas patentes que obtuvo la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y las cuales derivan de los estudios que desarrollan los doctores en ciencias Luis Camilo Ríos Castañeda, Marina Altagracia Martínez y Jaime Kravzov Jinich.
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