Mirar a los ojos es habitual al observar una cara, pero, en contra de lo que podría suponerse, no es el punto del rostro donde primero suele incidir la mirada del observador, ni tampoco el que ofrece el mejor encuadre para una evaluación rápida de la persona observada.
La investigación efectuada por el equipo de Miguel Eckstein y Matt Peterson, ambos de la Universidad de California en Santa Bárbara, indica que el mejor lugar para el examen rápido de un rostro es justo bajo los ojos.
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