El fatídico vaticinio atribuido a los mayas, de que este 23 de diciembre será el fin de los tiempos, es una falacia de la que sectas y falsos profetas buscan aprovecharse, cuando para la cultura Maya el final de un ciclo representaba una renovación de compromisos con los dioses.
Por ello, no entregar patrimonios, ni dejarse manipular o seducir por sectas, ni mucho menos intentar suicidios, es la recomendación del epigrafista Guillermo Bernal: «No se dejen seducir por estas sectas que siempre surgen en estas ocasiones, como cuando pasó en Huaco, Texas».
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