El amor por la pelota en el continente americano es muy anterior al futbol. Por lo menos desde el año 1,400 antes de Cristo, los habitantes de regiones como Hohokam, en Nuevo México, y Copán, en Guatemala, jugaron variantes del mismo juego, llamado por los aztecas ullamaliztli (combinación de los conceptos de pelota y hule) y por los mayas pok’a’tok (onomatopeya de la pelota al botar en el piso).
Pese a su importancia y extensión geográfica, el juego de pelota fue relegado en la Colonia desde el siglo XVI. Por eso, hasta llegar a los teléfonos celulares y tabletas este mes, el panorama del juego era desalentador.
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