Más allá de hacer agujeros en obleas metálicas o depositar capas de material encima de ellas, no es mucho lo que puede hacerse al trabajar metales a escala nanométrica con las tecnologías habitualmente disponibles para ello.
Muy diferente es la situación al fabricar la infinidad de objetos, máquinas, y dispositivos hechos parcial o totalmente de metal y que usamos en nuestra vida cotidiana. A esa escala de tamaños, la deformación controlada de metales por procesos industriales permite hacer muchas cosas.
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