Las alas de una langosta están hechas para tener una combinación exacta de resistencia y ligereza, de lo contrario este insecto no sería capaz de alzar el vuelo. Sin embargo, hasta ahora no se sabía qué era lo que hacía tan fuertes a estas extremidades, las cuales son más finas que un cabello.
Por ello un grupo de investigadores de Irlanda hicieron pequeñas perforaciones en las alas de las langostas. Si bien no hubo que aplicar mucha fuerza, descubrieron que las venas que se encuentran en la cutícula que forma el ala, impedían que la fisura se expandiera, de acuerdo a ABC.es.
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