Las células madre pueden sobrevivir en un medio hostil, adormeciéndose, incluso durante varios días después de la muerte, y volver a ser funcionales, según estudios de investigadores franceses que abren nuevas vías terapéuticas, por ejemplo, para realizar trasplantes de médula ósea.
Las células madre de los músculos sobreviven en “estado letárgico” 17 días después de la muerte en los seres humanos y 16 días en el caso de las ratas. Además, una vez colocadas de nuevo en su ambiente dentro de un cuerpo vivo, vuelven a ser perfectamente funcionales, según el estudio publicado esta semana en la revista Nature Communications.
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