Se puede jugar sin gastar un centavo, o se puede pagar por accesorios «cool»: cinco de cada 100 jugadores están dispuestos a invertir en moda virtual, una tendencia que, al trasladarse a los millones de usuarios de videojuegos en línea, ha hecho crecer exponencialmente la industria.
Los creadores de los videojuegos gratuitos en línea (conocidos como F2P, por Free to Play) se financian vendiendo accesorios dentro del propio juego, como armas, vestimentas, aceleradores o atajos que pueden costar entre 1 y 100 dólares.
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