Al llegar al lugar el mesero abre una sesión desde un iPod Touch. Sobre la mesa se proyecta una interfaz en la que aparecen bebidas y platillos que pueden elegirse de forma táctil gracias a sus sensores integrados. Los pedidos se almacenan en un carro de compras y cuando se está listo, la orden se envía directamente a la cocina y barra.
En espera de la comida, los clientes pueden observar la preparación de platillos (la cocina tiene cámaras instaladas) e incluso conectarse a la mesa a través de un teléfono móvil para cargar videos de YouTube.
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