Además de ser madres y esposas, ellas han dedicado la mayor parte de sus vidas a investigar el cáncer cérvico-uterino, la diferenciación sexual a nivel genético, el ciclo de la cisticercosis y el sistema virus-célula expresado en padecimientos como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
Han pasado más años en laboratorios y aulas de la UNAM que en sus hogares como madres y abuelas, y han canjeado viajes de vacaciones por otros de trabajo para presentar en congresos sus resultados de estudio ante colegas de todo el mundo.
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