Tal vez el iPhone sea algo grandioso para los consumidores, pero para las operadoras estadounidenses de telefonía móvil supone un desagradable mordisco a su rentabilidad.
El precio del icónico smartphone de Apple es descontado en gran medida por las operadoras, que lo venden subsidiado. Esos subsidios, casi por sí solos, carcomieron los márgenes de beneficio de Verizon, AT&T y Sprint.
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