Christophe Fouquet, el director general de ASML, tiene un enorme desafío por delante. Al igual que su predecesor al frente de esta compañía neerlandesa, Peter Wennink, tiene la obligación de defender los intereses de su empresa. Y actualmente la tensión que sostienen EEUU y China no se lo pone nada fácil. Las sanciones que han desplegado EEUU y Países Bajos impiden a ASML vender sus equipos de litografía más avanzados a sus clientes chinos. Y tampoco puede prestarles algunos servicios de mantenimiento y asistencia posventa.
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