En 2020, Donald Trump era uno de los partidarios de prohibir TikTok en suelo estadounidense por el riesgo que suponía que los datos de sus ciudadanos cayeran en manos de China. Sin embargo, las tornas se han cambiado y, paradójicamente, el verdugo de TikTok en 2020 se ha convertido en su salvador en 2025. Su argumento: la libertad de expresión. Y ahí es donde Elon Musk entra en escena.
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