En el ámbito de los semiconductores China y Rusia están recorriendo el mismo camino, aunque por el momento no sabemos con certeza si están colaborando. Estos dos países están sometidos a sanciones de EEUU y sus aliados que persiguen dificultar el desarrollo de su industria de los circuitos integrados, así como su acceso a los chips de vanguardia que es posible encontrar actualmente en el mercado. En esta coyuntura su única opción es invertir para reforzarse y limitar su dependencia de los equipos de litografía procedentes del extranjero.
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