En los últimos años, WhatsApp se ha establecido no solo como una de las herramientas de comunicación más prácticas del mercado digital, también como una donde el comportamiento de los usuarios suele ser reprendido con mayor facilidad. Esto ha sido posible gracias a que Meta, su propietaria, estableció ciertas restricciones al servicio de mensajería que no todos los que la ocupan tal vez conozcan.
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