Amenazas contra la familia, fotos de cuerpos desmembrados, acceso a todos contactos, control de las redes sociales de la víctima… el crimen organizado se ha sofisticado y ha encontrado una ventana para extorsionar a través de la descarga de aplicaciones móviles, ofreciendo préstamos fáciles, en cuestión de minutos y sin consultar el Buró de Crédito, apostando a la necesidad y urgencia de dinero de la gente.
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