Las temperaturas nocturnas están aumentando de forma más acelerada que las diurnas, con impactos significativos en el clima y el medio ambiente.
Es un patrón que científicos y expertos del clima han observado en los últimos años en todo el planeta, con una posible relación con eventos climáticos extremos, como la ola de calor que está afectando al noroeste de Estados Unidos y parte de Canadá.
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