Los investigadores, de la Universidad de Hiroshima, recurrieron a ondas de 222 nanómetros y expusieron un cultivo vírico a esta luz durante breves lapsos de entre 10 segundos y cinco minutos. El tiempo mínimo ya era suficiente para acabar con el 88,5 por ciento de las copias del virus, mientras que transcurridos 30 segundos se obtuvo un 99,7 por ciento de eficacia.
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