El año pasado algunas compañías en China decidieron implementar lo que hoy ya se conoce como SuperSIM, que es una pequeña tarjeta que integra los componentes para servir tanto para conexión a las redes móviles, como para almacenamiento de datos. En el papel parece una buena idea, sin embargo, su despliegue no ha sido tan rápido como se esperaba, además de que los grandes fabricantes no la están adoptando por el momento, salvo el caso de Xiaomi.
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