Los científicos que tuvieron la idea del dispositivo, al que llamaron Riñón Artificial Portátil Automatizado (Automated Wearable Artificial Kidney, AWAK, por sus siglas en inglés), prueban su potencial en los tratamientos de diálisis peritoneal, lo que permitirá efectuarla, superando el reto de largas horas de terapia y conexión a grandes máquinas.
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