Según los resultados, el medicamento de la farmacéutica parecía reducir el riesgo de padecer la enfermedad hasta en un 64%.
Cuando en enero del año pasado Pfizer anunció que ya no seguiría buscando nuevas medicinas para tratar el Alzheimer y la enfermedad de Parkinson, la decepción entre pacientes e investigadores fue fácilmente explicable. Para ese entonces, sin embargo, el gigante farmacéutico estadounidense ya había invertido infructuosamente millones de dólares en la búsqueda de alternativas para el tratamiento de estas formas de demencia, y llegado a la conclusión de que su dinero estaría mejor invertido en otro lado.
Leer más en: Informador.