Los hackers de China han incrementado significativamente los ataques contra las empresas estadounidenses, a la vez que los dos países se enfrentan por el comercio y la tecnología.
CrowdStrike, una importante firma de seguridad cibernética vio «un gran resurgimiento» el año pasado en los esfuerzos de los grupos con sede en China para ingresar a los sistemas de negocios estadounidenses para obtener ganancias comerciales, una tendencia que «no muestra signos de detenerse», dijo Michael Sentonas, vicepresidente de seguridad de tecnología de la compañía.
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