Las ciudades son creaciones enormemente complejas y dinámicas. Tienen vida, respiran.
Piensa en todas las partes: millones de personas, escuelas, oficinas, tiendas, parques, servicios públicos, hospitales, hogares y sistemas de transporte.
Cambiar un aspecto afecta a muchos otros. Por eso el trabajo del planificador urbano es tan complicado.
Imagina ahora tener una herramienta a tu disposición que pueda responder a preguntas como: «¿Qué pasará con el flujo de tránsito y peatonal si ponemos una nueva estación de metro en este lugar?» o «¿Cómo podemos persuadir a más gente de que deje su autos en casa para ir al trabajo?»
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