El túnel Holland, que conecta la isla de Manhattan, en Nueva York, con el estado de Nueva Jersey, es el más antiguo de los destinados al tráfico de vehículos en Estados Unidos.
Fue inaugurado en 1927, pero bajo su vieja estructura se esconde una nueva tecnología que va camino de convertirse en el futuro de las telecomunicaciones.
En ese túnel se ocultan unos cables de fibra óptica hechos con mecánica cuántica que tienen la capacidad de proteger datos críticos de bancos y agencias gubernamentales. Y ya están siendo probados.
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