En los últimos cinco años los cibercriminales han encontrado una manera efectiva, acelerada y baja en costos para obtener grandes cantidades de dinero atacando al sector financiero en América Latina, incluido México, aun cuando se trata de ejecutar ataques más complejos y que requieren más tiempo.
“Los sistemas de pago tanto en Latinoamérica como en México se han convertido en el nuevo objetivo de los atacantes al mirar que es realmente fácil realizar transacciones fraudulentas derivadas de una explotación de vulnerabilidades en un servicio web”, afirmó Miguel Ángel Mendoza, investigador en seguridad del laboratorio de ESET Latinoamérica, en entrevista para El Financiero.
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