Papel de aluminio doméstico, cenizas de cáscara de arroz y residuos procedentes de la fabricación de hierro en altos hornos o de la obtención de combustibles son empleados para la fabricación del cemento más ecológico del mundo.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), pertenecientes al Instituto de Ciencia y Tecnología del Hormigón (ICITECH), han creado un hormigón celular (HCT) ligero y aislante en el que el 85 por ciento de los materiales son residuos.
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