Entramos a Facebook o Instagram y vemos que nuestros contactos se están divirtiendo en una fiesta con montones de amigos, disfrutando de un viaje, presumiendo de sus felices relaciones de pareja o jactándose de sus nuevos títulos.
Sus vidas parecen perfectas y, queramos o no, sentimos fogonazos de envidia o celos crónicos en los peores casos.
Estas emociones relacionadas con las redes sociales son objeto de estudio de la Psicología desde hace varios años.
Leer más en: BBC.