Expertos debaten cómo afectará la formación de los niños la interacción con el altavoz inteligente de Amazon y otros dispositivos rivales.
Las primeras cuatro palabras que entendió mi bebé fueron “mamá”, “papá”, “gato” y “Alexa”.
Cameron reconoció por primera vez el nombre de asistente de voz de Amazon mientras estaba sentado, cubierto con salsa de espagueti, en su silla alta. Apenas dije “Alexa” cuando él giró la cabeza para mirar el altavoz Echo escondido detrás de la maceta de potus dorados en la estantería.
Me había escuchado decir “Alexa” muchas veces antes (a menudo me preguntaba si él pensaba que era la planta la que respondía), pero esta vez sabía que el Echo se iluminaría y diría algo.
Para Cameron, que ahora tiene 20 meses, Alexa no es solo una asistente virtual, es la DJ de la casa, la recordadora para sacar la lasaña del horno y la que atenúa las luces cuando estamos demasiado cansados para levantarnos del sofá. Cuando Alexa responde un poco tarde, él sonríe.
Leer más en: EXPANSIÓN.