Una nueva investigación de científicos de la Universidad de Washington en St. Louis muestra que pronto podría ser posible diseñar plantas para desarrollar su propio fertilizante.Este descubrimiento podría tener un efecto revolucionario en la agricultura y la salud del planeta.
La creación de fertilizantes consume mucha energía y el proceso produce gases de efecto invernadero que son un importante impulsor del cambio climático, además de que el proceso es muy ineficiente.
La fertilización es un sistema de entrega de nitrógeno, que las plantas utilizan a fin de crear clorofila para realizar la fotosíntesis, pero menos del 40 por ciento del nitrógeno de los fertilizantes llega a la planta. Otro problema: los fertilizantes arrastrados por la lluvia terminan en arroyos, ríos, bahías y lagos, alimentando algas que pueden crecer sin control, bloqueando la luz solar y matando la vida animal y vegetal a continuación.
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