La red social más poderosa del mundo ha sufrido numerosos y fuertes embates durante los últimos meses. Luego del estallido del escándalo de filtración de datos protagonizado por la consultora británica Cambridge Analytica, la percepción sobre una plataforma supuestamente creada para acercar a las personas, independientemente de su distancia geográfica, ha cambiado dramáticamente.
Esto ha generado un replanteo sobre si existe o no un verdadero valor agregado para las comunidades en las que opera casi sin ser regulada y, sobre todo, acerca de los efectos nocivos que puede generar a nivel emocional en sus usuarios, muchos de los cuales pasan largas horas al día en una red social que se ha convertido en un vehículo para diseminar indiscriminadamente el odio, la desinformación y sobre todo ampliar las grietas existentes entre las distintas sociedades alrededor del mundo.
Leer más en: VANGUARDIA.