Es posible que alguna vez te hayas preguntado si la relación con tu celular ya llegó demasiado lejos.
Tal vez te haya sucedido cuando, al despertar por la mañana, estuviste un buen rato en la cama comprobando las notificaciones y navegando por internet antes de levantarte.
O puede que fuera cuando tu pareja o tus amigos te recriminaron lo poco pendiente que estás de las conversaciones cada vez que salís a cenar y lo mucho que centras tu atención en la pantalla del aparato.
A Catherine Price, una periodista estadounidense, le pasó hace unos tres años mientras amamantaba a su hija recién nacida.
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