Casi todo lo que hacemos en internet comienza con un petición de DNS: los Sistemas de Nombre de Dominio son el «directorio telefónico» de la web; sin ellos, no podríamos encontrar las direcciones para navegar por la red.
Cuando haces clic en un enlace, abres una aplicación o envías un email, lo primero que hace tu celular o computadora es preguntarle al DNS cómo puede acceder a esos lugares.
Los DNS traducen a continuación los nombres de dominio a direcciones de Protocolo de Internet (IP), para que los navegadores puedan comprenderlos y usar así internet.
Leer más en: BBC.