El ser humano quiere evitar a toda costa la enfermedad y la muerte. A lo largo de la historia ha ido solucionado algunos padecimientos que anteriormente eran tan letales que podían matar a millones de personas en muy poco tiempo, como la gran pandemia de gripe de 1918, que provocó la muerte de alrededor de 40 millones de personas y que ahora es controlada con un tratamiento común de fármacos. Empero, subsisten otras dificultades.
Aunque todavía no hay una “fuente de la vida eterna”, la ciencia y la tecnología se acercan cada vez más al objetivo de mantener sanas o devolverles la salud a las personas. Para ello se han desarrollado soluciones que tienen que ver con aspectos tan complejos como la creación de estructuras óseas en impresoras 3D, el cultivo de órganos o la nanotecnología.
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