Si viste alguna vez las películas de Iron Man, sabrás que un poderoso traje le da a su inventor, Tony Stark, una fuerza sobrehumana para combatir a los malos.
Fuera del mundo de la ficción, los trajes robóticos también ofrecen ayuda. Eso sí, de una manera más prosaica y útil para el ser humano.
Durante años, los militares han estado utilizándolos para ayudar a los soldados a llevar más peso durante periodos de tiempo más prolongados, mientras la industria creaba trajes robóticos para devolver la movilidad a personas con discapacidades.
Y ahora han llegado a los lugares de trabajo convencionales, principalmente porque ofrecen algo único.
«Los exoesqueletos actúan como un puente entre la mano de obra y los sistemas robóticos. Tienes el cerebro de la gente en el cuerpo de un robot», señaló Dan Kara, director de investigación de la empresa ABI Research.
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