Los seres humanos dependemos de fuentes energéticas para sobrevivir, y una de las fuentes más utilizadas y a la vez más escasas son los hidrocarburos. Todos sabemos que son la mayor fuente de contaminación, pero mientras dependamos de ellos, lo que necesitamos son formas más amigables de extraerlos del subsuelo. Pensando en esto es que un grupo de investigadores de la Facultad de Química de la UNAM han diseñado una partícula que permite conocer el flujo del petroleo a más de 2 mil metros de profundidad.
Algunas características que hacen a esta partícula tan única y potencialmente benéfica son sus propiedades ya que es inocua para el ambiente, biodegradable, capaz de ser detectada en concentraciones mínimas y resistente a la salinidad, altas temperaturas, y alta presión.
La idea es poder detectar el flujo de petróleo en yacimientos carbonatados, como son los que en su mayoría existen en México con el fin de mejorar la capacidad de extracción que en la actualidad ronda entre el 30 y 40% del crudo que existe en los pozos.
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