Un equipo de investigadores del Colegio de Ingeniería de la Universidad de Houston (EU) ha revelado un avance en la electrónica extensible gracias a una nueva piel artificial que permite que una mano robótica perciba la diferencia entre el frío y el calor, lo que, a su vez, podría servir para una amplia gama de dispositivos biomédicos para los seres humanos.
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