Secar la ropa con electricidad es un despilfarro de tiempo y de energía.
Las secadoras convencionales tardan unos 50 minutos en terminar la labor y consumen una cantidad enorme de energía térmica.
Según un estudio del Consejo para la Defensa de Recursos Naturales (NRDC) de EE.UU., una secadora típica consume la misma cantidad de energía a lo largo de un año que la suma de lo que gasta un refrigerador, un lavaplatos y una lavadora en un hogar.
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