Cuando WhatsApp anunció hace apenas un año -en agosto de 2016- que iba a compartir con Facebook los números de teléfono de sus usuarios y que facilitaría datos a las empresas, muchos se llevaron las manos a la cabeza.
Era la primera vez que la plataforma de mensajería cambiaba su política de privacidad desde que fue comprada por la red social en 2014.
Significaba, sin lugar a dudas, más avisos publicitarios y menos privacidad. Y algunos usuarios se sintieron traicionados ante lo que consideraron un «abuso de confianza», le explicó a la BBC Pamela Clark-Diskson, de la consultora tecnológica Ovum.
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