China es conocida mundialmente como «el país de las imitaciones». El gigante asiático lo copia todo, desde relojes hasta marcas de ropa, celulares de alta gama, autos de lujo o DVDs pirateados.
Pero la fiebre de la réplica también abarca la arquitectura.
El país ha llegado a duplicar aldeas enteras y todo tipo de edificios, desde la parisina Torre Eiffel hasta suburbios británicos, los rascacielos de Manhattan e incluso la mismísima Casa Blanca estadounidense que los chinos han clonado en 10 ocasiones.
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