La última controversia que salpica a Uber la ha obligado a dar una vuelta «en u».
Hace pocos días, la empresa defendió el uso que hace del programa informático Greyball.
Es un software que sirve para varias cosas, pero la que le está causando problemas es la que permite identificar a funcionarios que intentan detectar y controlar las operaciones de Uber en ciudades en las que no tiene autorización para prestar sus servicios.
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