Compras y búsquedas en línea, concesión de préstamos, carteleras de cine y mucho más. Los algoritmos dominan nuestra vida cotidiana, pero a menudo a pesar de quienes los utilizan.
“Los algoritmos no son necesariamente equitativos, puesto que es la persona que los crea la que define su funcionamiento y sus resultados”, subraya Cathy O’Neil, una científica especializada en datos informáticos y autora del libro Weapons of Math Destruction (Armas matemáticas de destrucción), que critica el uso generalizado y opaco de los algoritmos.
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