En un insonorizado hangar de la Fuerza Aérea de Reino Unido (RAF, por sus siglas en inglés), Chris Mitchell y sus colegas utilizan mazos para dar una lección a sus computadoras.
El equipo reúne miles de cristales de ventanas y puertas, todas de distintas formas y tamaños, las rompen una a una, ya graban el distintivo sonido que produce cada tipo de vidrio al quebrarse.
A veces emplean mazos o palas de jardín, en otras ocasiones lanzan ladrillos a los cristales.
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