Siete años después de Óscar, el primer gato al que se le implantaron dos patas artificiales, un veterinario búlgaro devolvió la movilidad a un joven gato, Pooh, el primer gato «biónico» de Europa continental.
Privado de sus dos patas traseras, el felino, de un año, cuenta ahora con dos prótesis en polímero de caucho ensambladas en titanio. Un mes después de la operación, «ésta puede considerarse un éxito», dijo Vladislav Zlativnov, cirujano veterinario de Sofía.
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