Tromso, la ciudad noruega que es conocida como «la puerta del Ártico», no recibe nada de luz solar durante dos meses al año.
Pero, aún así, esta preciosa, remota y nevada población se ha convertido en una especie de imán para la industria de los automóviles eléctricos, capturando la atención de emprendedores como Elon Musk, el fundador de Tesla.
Su compañía recientemente abrió una sala de exhibición ahí, la más septentrional de todas las que tiene la empresa.
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