La próxima vez que solicites un trabajo, podría ser que quien decida tu suerte sea un algoritmo computacional.
Los programas inteligentes están empezando a ser mejores que las personas a la hora de analizar grandes cantidades de datos de solicitudes, currículos y perfiles en redes sociales.
No solo pueden ver si tus habilidades cumplen con los requerimientos básicos del puesto.
También pueden identificar rasgos de tu personalidad a partir de la forma en que te expresas en papel o en internet.
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