Al mexicano Oscar Otero le pareció una buena idea fotografiarse con un revólver. Luego de tomar unas cervezas con sus amigos, levantó su celular con la mano izquierda y lo alejó lo suficiente hasta captar en la misma imagen su cabeza y el cañón del arma. Sonrió y disparó. Tenía 21 años.
La muerte de Oscar es uno entre 49 accidentes fatales relacionados con «selfies» que registra la organización de análisis de datos Priceonomics entre el 2014 y enero del 2016.
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