Algo no estaba bien en la pantalla del teléfono. Se oscureció de repente. Fue entonces cuando el británico Nick Harvey lo examinó más de cerca. Tenía un aspecto extraño. Y entonces vio el mensaje.
Su teléfono inteligente había sido secuestrado y se le pedía pagar un rescate.
«No podía acceder a mi dispositivo», le contó Harcey a Radio 4 de la BBC.
«Me dieron instrucciones para enviar algo de dinero a través de un código de cupón a cambio de desbloquear el teléfono», relató.
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