Cuando somos pequeños la mayoría experimentamos una fase de tener miedo a la oscuridad. Si lo piensas es extraño que cuando se es niño, y de muchas formas no se temen a las cosas de las que tenemos precaución cuando adultos, hay algo acerca de la oscuridad que no te hace sentir bien.
Aunque sea algo infantil, parece ser que nuestro miedo a la oscuridad en realidad es un rasgo evolutivo que construimos para sobrevivir a los predadores nocturnos. Existe la teoría que este miedo innato proviene de la época en la que no éramos los mayores depredadores como ahora.
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